El sábado 18 de abril compartimos una tarde de amistad en torno a nuestro amado Jesús, meditamos la lectura de 2 tim. 1 - 10, pensando en que no se puede prender una luz para meterla debajo de una mesa y recordando la canción que dice: heme aquí yo iré Señor, envíame a mi que dispuesto estoy, llevare tu gloria a las naciones.
Las voces de los jufristas no se hicieron esperar, en el sentido, de que debemos llevar la luz que Jesús ha encendido en nuestros corazones, para que así otros corazones se iluminen también con la persona de Jesús.
Las conclusiones mas relevantes que salieron de todo esto fueron:
- El único que nos puede dar la fortaleza necesaria es Jesús.
- Debemos confiar en nuestras capacidades y en lo que Dios a depositado en cada uno de nosotros, para que instruyamos a otros como debe ser.
- Así como el atleta se prepara para la carrera, de igual manera nosotros debemos prepararnos como buenos soldados de Cristo.
- La Buena Nueva fue, es y sera Jesús y solo Jesús. Ayer, hoy y siempre.
- La palabra de Dios es como el viento, que es libre, por lo tanto su actuar también es libre.
Que Jesús epicentro del amor, llene y colme nuestras vidas y nos anime día a día a través de los hermanos a seguir nuestros caminar.
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