viernes, 27 de febrero de 2009

Retiro Pre- pascua 09

El domingo 22 de Febrero vivimos un retiro que nos preparo para la antesala de la organización y planeación de la pascua juvenil 2009, en el cual tuvimos la oportunidad de compartir con el grupo juvenil Antara de la parroquia de Santa Monica.

Fue un día lleno de oración y formación acompañado de muchas experiencias que nos llevaron a la vivencia mas profunda de Jesús.





La temática desarrollada giro en torno al Kerigma o primer anuncio, todo con una nueva metodología que tiene que ver con el aprendizaje significativo y con la participación activa.

Tuvimos de todo y para todos, desde unas divertidas dinámicas hasta un suculento compartir en donde todos cominos hasta saciarnos.

Los facilitadores de esta experiencia fueron Yamile, a quien le debemos nuestra gratitud y aprecio, por todo el esfuerzo, dedicación y empeño que le metió a la organización del retiro y a este servidor que solo quería que todos viviéramos una experiencia de Jesús.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Mas detalles de la Vida de Francisco

A los 20 años en su ciudad natal se declaró una guerra entre nobles y plebeyos. Los nobles, que estaban aliados con los de la vecina ciudad de Perusa ganaron, y Francisco, que había luchado en las filas de los humildes, estuvo recluido durante todo un año en la prisión de Perusa.

Dice la tradición que durante este año el santo leyó el Nuevo Testamento y quedó impresionado del mensaje de Jesús. Una de sus citas preferidas fue: "Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme".

En el 1203 quedó libre y cayó en una profunda fiebre que empezó a cambiar su vida. Se percató con gran sorpresa que aquellas juergas juveniles y aquella vida de lujo ya no le llamaban la atención. Quiso participar en otra guerra de caballerías en el sur de Italia, pero cuando estaba en Spoleto, volvió hacia su casa de Asís.

Entre el 1205 y el 1208 fueron unos años cruciales en la vida de Francisco. Empezó abandonando sus amistades, se distanció de su mismo padre, a quien en presencia del obispo de Asís, le entregó incluso los vestidos que llevaba puestos, inició amistad con los pobres y con los leprosos.

En el 1207 abandonó su casa y se recluyó en la ermita de San Damián, donde oyó la voz del mismo crucifijo que allí había expuesto. Vestía por el pueblo descalzo, con túnica y capuchón, ceñido con una cuerda, predicaba el Evangelio con entusiasmo y vigor, se hacía amigo de los leprosos.

El nacimiento de la orden franciscana Era el 24 de febrero de 1208 cuando a Francisco le vino la luz repentinamente. Fue al leer las palabras del Evangelio en que Jesucristo envía a los apóstoles por el mundo a hacer el bien a todos, desprovistos de todo y expuestos a cualquier percance. Un pasaje que podemos encontrar en el Evangelio de Mateo 10, 5-15. Francisco comprendió que esto mismo era lo que el Señor pedía de él. Su carácter dinámico le impulsó a restaurar tres ruinosas ermitas de Asís.

Rápidamente se le unieron diferentes vecinos del pueblo, ante las burlas de la mayoría de los ciudadanos. Muchos de sus apóstoles eran hombres ricos y sabios. En pocos días consiguió reunir 12 personas, como el mismísimo Jesucristo. Fue entonces cuando decidió crear un estilo de vida para todos bajo unas reglas. Recopiló con este fin varios textos del Evangelio, principalmente aquellos que hablaban de la renuncia a las posesiones y el seguimiento exhaustivo a Jesucristo. Nacía la primera regla franciscana que en el año 1209 el Papa Inocencio III aprobaba de "palabra". Nacía la orden franciscana con 3.000 frailes.

En el año 1212 fundó con su amiga Clara (Santa Clara de Asís) la rama femenina de las clarisas, y más tarde, en el 1221, para dar cobijo a aquellas personas que no se querían hacer frailes pero que querían imitar su forma de entender la vida con sus respectivas familias, fundó la Orden Terciaria.

Francisco entendió la pobreza como tal hasta límites insospechables, él no tenía absolutamente nada. Amaba por encima de todo la creación de Dios, de allí su amor a la naturaleza que le ha valido para ser el patrón de la ecología. Su estima a ello le valió la conocida oración del "Cántico de las Criaturas" o del "Hermano Sol".

Los discípulos de San Francisco de Asís tenían que seguir el mismo estilo de vida de los de Jesús. El mismo Francisco les ordenó: "No poseáis oro, ni plata, ni dinero en vuestras fajas, ni alforjas para el camino, ni dos túnicas, ni zapato, ni cayado". Una frase extraída del mismo Evangelio: Mateo 10, 9-10.

En 1210 nuestro santo se dedicó también a realizar tareas de evangelización: en Umbría, la Toscana y en diferentes zonas de Italia. Todos los historiadores coinciden que sus pláticas eran sencillas, con muchas imágenes, al estilo de Jesús. Todas se realizaban al aire libre y aglutinaba multitud de gentes.

En 1213 peregrinó hasta España para visitar el sepulcro de Santiago en Compostela. En el año 1219 consiguió por fin viajar a Tierra Santa después de múltiples intentos. Cuatro años más tarde, el 29 de noviembre de 1223, el Papa Honorio III aprobó definitivamente la regla de la Orden de San Francisco. De hecho, sería una segunda regla que el santo tuvo que redactar, ya que la primera solamente fue aprobada oralmente.

Francisco volvió a Italia y en septiembre de 1224 en el monte de La Verna quedó impregnado de las llagas de Jesucristo. Enfermo, casi ciego, con el agudo dolor de las llagas, pero siempre alegre, falleció en Asís el 3 de octubre de 1226 en su amada capilla de la Porciúncula.

Poco antes de morir, pidió a los hermanos que lo dejaran desnudo sobre la tierra para arrastrarse y hacer los últimos pasos de su vida terrenal.

lunes, 23 de febrero de 2009

APROXIMACION A LA VIDA DE SAN FRANCISCO DE ASIS

Su Vida (1182 - 1226)
Nació en Asís (Italia) en 1182. Su madre se llamaba Pica y su padre era Pedro Bernardone, un hombre muy admirador y amigo de Francia, por la cual le puso el nombre de Francisco, que significa: "el pequeño francesito".

Cuando joven a Francisco lo que le agradaba era asistir a fiestas, paseos y reuniones con mucha música. Su padre tenía uno de los mejores almacenes de telas en la ciudad, y al muchacho le sobraba el dinero.

Los negocios y el estudio no le llamaban la atención. Pero tenía la cualidad de no negar un favor o una ayuda a un pobre siempre que pudiera hacerlo. Tenía veinte años cuando hubo una guerra entre Asís y la ciudad de Perugia. Francisco salió a combatir por su ciudad, y cayó prisionero de los enemigos.

La prisión duró un año, tiempo que él aprovechó para meditar y pensar seriamente en la vida. Al salir de la prisión se incorporó otra vez en el ejército de su ciudad, y se fue a combatir a los enemigos. Se compró una armadura sumamente elegante y el mejor caballo que encontró.

Pero por el camino se le presentó un pobre militar que no tenía con qué comprar armadura ni caballería, y Francisco, conmovido, le regaló todo su lujoso equipo militar. Esa noche en sueños sintió que le presentaban en cambio de lo que él había obsequiado, unas armaduras mejores para enfrentarse a los enemigos del espíritu.

Francisco no llegó al campo de batalla porque se enfermó y en plena enfermedad oyó que una voz del cielo le decía: "¿Por qué dedicarse a servir a los jornaleros, en vez de consagrarse a servir al Jefe Supremo de todos?".

Entonces se volvió a su ciudad, pero ya no a divertirse y parrandear sino a meditar en serio acerca de su futuro. La gente al verlo tan silencioso y meditabundo comentaba que Francisco probablemente estaba enamorado o loco. Él comentaba: "Sí, estoy enamorado y es de la novia más fiel y más pura y santificadora que existe".

Los demás no sabían de quién se trataba, pero él sí sabía muy bien que se estaba enamorando de la pobreza, o sea de una manera de vivir que fuera lo más parecida posible al modo totalmente pobre como vivió Jesús. Y se fue convenciendo de que debía vender todos sus bienes y darlos a los pobres.

Paseando un día por el campo encontró a un leproso lleno de llagas y sintió un gran asco hacia él. Pero sintió también una inspiración divina que le decía que si no obramos contra nuestros instintos nunca seremos santos. Entonces se acercó al leproso, y venciendo la espantosa repugnancia que sentía, le besó las llagas.

Desde aquel día empezó a visitar a los enfermos en los hospitales y a los pobres. Y les regalaba cuanto llevaba consigo. Un día, rezando ante un crucifijo en la iglesia de San Damián, le pareció oír que Cristo le decía tres veces: "Francisco, tienes que reparar mi casa, porque está en ruinas".

En la misa de la fiesta del apóstol San Matías, el cielo le mostró lo que esperaba de él. Y fue por medio del evangelio de ese día, que es el programa que Cristo dio a sus apóstoles cuando los envió a predicar. Dice así: "Vayan a proclamar que el Reino de los cielos está cerca. No lleven dinero ni sandalias, ni doble vestido para cambiarse. Gratis han recibido, den también gratuitamente".

Francisco tomó esto a la letra y se propuso dedicarse al apostolado, pero en medio de la pobreza más estricta. Cuenta San Buenaventura que se encontró con el santo un hombre a quien un cáncer le había desfigurado horriblemente la cara. El intentó arrodillarse a sus pies, pero Francisco se lo impidió y le dio un beso en la cara, y el enfermo quedó instantáneamente curado. Y la gente decía: "No se sabe qué admirar más, si el beso o el milagro".

El primero que se le unió en su vida de apostolado fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís, el cual invitaba con frecuencia a Francisco a su casa y por la noche se hacía el dormido y veía que el santo se levantaba y empleaba muchas horas dedicado a la oración repitiendo: "mi Dios y mi todo".

Le pidió que lo admitiera como su discípulo, vendió todos sus bienes y los dio a los pobres y se fue a acompañarlo a la Porciúncula. El segundo compañero fue Pedro de Cattaneo, canónigo de la catedral de Asís. El tercero, fue Fray Gil, célebre por su sencillez.

Cuando ya Francisco tenía 12 compañeros se fueron a Roma a pedirle al Papa que aprobara su comunidad. Viajaron a pie, cantando y rezando, llenos de felicidad, y viviendo de las limosnas que la gente les daba. En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza, pero al fin un cardenal dijo: "No les podemos prohibir que vivan como lo mandó Cristo en el evangelio". Recibieron la aprobación, y se volvieron a Asís a vivir en pobreza, en oración, en santa alegría y gran fraternidad, junto a la iglesia de la Porciúncula.

Dicen que Inocencio III vio en sueños que la Iglesia de Roma estaba a punto de derrumbarse y que aparecían dos hombres a ponerle el hombro e impedir que se derrumbara. El uno era San Francisco, fundador de los franciscanos, y el otro, Santo Domingo, fundador de los dominicos.

Las golondrinas seguían a francisco en bandadas y formaban una cruz, por encima de donde él predicaba. Cuando estaba solo en el monte una mirla venía a despertarlo con su canto cuando era la hora de la oración de la medianoche. Pero si el santo estaba enfermo, el animalito no lo despertaba. Un conejito lo siguió por algún tiempo, con gran cariño. Dicen que un lobo feroz le obedeció cuando el santo le pidió que dejara de atacar a la gente.

Francisco se retiró por 40 días al Monte Alvernia a meditar, y tanto pensó en el amor de Jesús, que se le formaron las mismas heridas de Cristo en las manos, en los pies y en el costado.

Los seguidores de Francisco llegaron a ser tan numerosos, que en el año 1219, en una reunión general llamado "El Capítulo de las esteras", se reunieron en Asís más de cinco mil franciscanos. Al santo le emocionaba mucho ver que en todas partes aparecían vocaciones y que de las más diversas regiones le pedían que les enviara sus discípulos tan fervorosos a que predicaran.

Él les insistía en que amaran muchísimo a Jesucristo y a la Santa Iglesia Católica, y que vivieran con el mayor desprendimiento posible hacia los bienes materiales, y no se cansaba de recomendarles que cumplieran lo más exactamente posible todo lo que manda el santo evangelio.

Francisco recorría campos y pueblos invitando a la gente a amar más a Jesucristo, y repetía siempre: "El Amor no es amado". Las gentes le escuchaban con especial cariño y se admiraban de lo mucho que sus palabras influían en los corazones para entusiasmarlos por Cristo y su religión.

Dispuso ir a Egipto a evangelizar al sultán y a los mahometanos. Pero ni el jefe musulmán ni sus fanáticos seguidores quisieron aceptar sus mensajes. Entonces se fue a Tierra Santa a visitar en devota peregrinación los Santos Lugares donde Jesús nació, vivió y murió: Belén, Nazaret, Jerusalén, etc

En recuerdo de esta piadosa visita suya los franciscanos están encargados desde hace siglos de custodiar los Santos Lugares de Tierra Santa. Por no cuidarse bien de las clientísimas arenas del desierto de Egipto se enfermó de los ojos y cuando murió estaba casi completamente ciego. Un sufrimiento más que el Señor le permitía para que ganara más premios para el cielo.

Francisco, que era un verdadero poeta y le encantaba recorrer los campos cantando bellas canciones, compuso un himno a las criaturas, en el cual alaba a Dios por el sol, y la luna, la tierra y las estrellas, el fuego y el viento, el agua y la vegetación. "Alabado sea mi Señor por el hermano sol y la madre tierra, y por los que saben perdonar", etc. Le agradaba mucho cantarlo y hacerlo aprender a los demás y poco antes de morir hizo que sus amigos lo cantaran en su presencia.

Cuando sólo tenía 44 años sintió que le llegaba la hora de partir a la eternidad. Dejaba fundada la comunidad de Franciscanos, con esto contribuyó enormemente a enfervorizar la Iglesia Católica y a extender la religión de Cristo por todos los países del mundo.

Los seguidores de San Francisco son el grupo religioso más numeroso que existe en la Iglesia Católica. El 3 de octubre de 1226, acostado en el duro suelo, cubierto con un hábito que le habían prestado de limosna, y pidiendo a sus seguidores que se amen siempre como Cristo los ha amado, murió como había vivido: lleno de alegría, de paz y de amor a Dios. Cuando apenas habían transcurrido dos años después de su muerte, el Sumo Pontífice lo declaró santo, el 16 de julio.

jueves, 19 de febrero de 2009

SALTA !! para un encuentro con Jesús

Lo imprescindible: LA FE
El sábado 7 de febrero tratamos la lectura bíblica de Mc 10,46-51 que narra la historia de Bartimeo un ciego que nos enseña a ver, muchos de nosotros necesitamos seguir este ejemplo, nuestra fe debe ir creciendo, y comprender que es algo importante en el seguimiento de Cristo y en el poder extendernos hacia lo que está adelante.

Al leer detenidamente el relato evangélico corremos un riesgo:
pedimos lo que es secundario para nuestra felicidad y obviamos aquello que, en verdad, nos la consigue.

Bartimeo no se anduvo con titubeos. Cuando Jesús se le acercó y le preguntó “¿qué quieres que haga por ti?”… podría haber pedido el oro y la plata, la luna a sus pies o el sol las veinticuatro horas del día, una mejor posición social, una salida a su vida familiar, una mayor comprensión en su entorno

¡ Pero..no !, no se conformó con solicitar de Jesús Maestro unas simples y bonitas “monturas” para su vida. Pretendió, pidió y obtuvo lo más importante para su existencia: ¡VER!

Muchos de nosotros vivimos con una catarata crónica, confundimos la realidad con la verdad, la salvación con la felicidad momentánea, la paz interior con el puro fuego de artificio que se disparan desde tantos cañones interesados y ruidosos. El viejo adagio “ojos que no ven corazón que no siente” se convierte también en pauta para pasar de largo ante la miseria humana.


¡SEÑOR…QUE PUEDA VER!
Que sea consciente de las cegueras que salen a mi encuentro. Que esté dispuesto, siempre que haga falta, a reconocer que el mejor oftalmólogo para mis ojos eres Tú; Que la escucha del Evangelio es la mejor receta, la Eucaristía el colirium más saludable y certero, la oración la mejor intervención quirúrgica para saber hacia dónde y cómo mirar, y tu iglesia la mejor consulta para la miopía.

¡SEÑOR…QUE PUEDA VER!
Es el mundo quien al borde del camino…. Necesita una palabra de aliento.
Es la humanidad despistada y envilecida…. Llena pero vacía.
Es el ser humano que quiere…… Y no puede dirigirse en la dirección adecuada.
Es la tierra que en un afán de verlo y entenderlo todo…. Se niega a la visión de Dios.
Es el grito de aquellos que queremos estrenar “gafas nuevas” Para andar por caminos nuevos sin miedo a caernos.

Que no seamos como aquel hermano nuestro que, no reconociendo la disminución en su vista, al pasar por delante de una consulta médica y confundiendo un árbol con un peatón le dijo: “yo no necesito ningún oftalmólogo…gracias a Dios veo muy bien”.

La FE, entre otras cosas, son los OJOS para situarse ante las personas, ante los acontecimientos de la vida, ante nosotros mismos, ante las dificultades o los éxitos, etc.,con una dimensión más profunda y verdadera, que me conduzcan a un verdadero encuentro con JESÚS.

La canción que que sigue la interpreta Martín Valverde, su mensaje va directo al corazón, especialmente de los jóvenes. Escúchenla, con Cariño.



martes, 17 de febrero de 2009

Convicciones Jufristas

Ser Hermanos:

• La forma de vida que proponemos es la fraternidad.

• Viviendo entre nosotros como verdaderos hermanos, todos iguales, sin distinción.

• Creando entre nosotros un clima de familia, simple y alegre.

• Y realizando formas de vida fraterna con la gente entre quienes trabajamos.

Ser Menores:

• Colocándonos como verdaderos servidores de todos.

• Humildes y pobres.

• Respetuosos y pacificadores.

• Sencillos en nuestro estilo de vida y en las relaciones con los demás y permaneciendo como Francisco de Asís siempre fieles y obedientes a la Iglesia.

Al ver la Eucaristía Francisco exclamó: ¨ ¡Que más sublime humildad, que más humilde sublimidad! El Señor del universo, el mismo Dios, Hijo de Dios, tanto se humilla por nuestra salvación que se viene a ocultar en humilde forma de pan!


Miren, Oh! Hermanos míos, y vean la humildad de Dios. Derramen en su presencia sus corazones. Póstrense también ustedes para que Él los levante. Nada guarden de ustedes para provecho propio: entréguense por entero a aquel que por entero a ustedes se les entrega.

domingo, 15 de febrero de 2009

Jufra en Pasto


En la cuidad de San Juan de Pasto (Colombia) se ubica el templo que lleva por nombre parroquia de Santiago Apóstol, es de pertenencia de los hermanos menores capuchinos (OFMCap.) en la cual después de varios años de no estar activa la JUFRA y luego de varios intentos por rescatar este movimiento juvenil para seguir evangelizando y formando fraternidad con los jóvenes, todo había sido infecundo.

Fue así que por iniciativa de la pastoral vocacional, se organizo una caminata franciscana con motivo de las fiestas de San Francisco de Asís, a mediados de octubre de 2008, con destino a la cruz de Aguapamba que significa agua lisa, ubicada en un cerro en el corregimiento de La laguna, al sur oriente de Pasto.

En esta actividad participaron alrededor de 25 jóvenes, en donde vivimos con experiencias el proceso vocacional de Francisco de Asís y aunque el trayecto fue un poco pesado, todos logramos subir hasta la cruz, compartimos un delicioso almuerzo, en donde nos saciamos hasta mas no poder, en el descenso terminamos con una Eucaristía en una capillita muy rustica, "muy franciscana" celebrada por nuestro párroco Fray Wilson Suarez. Pero a pesar de esta bonita actividad no hubo respuesta como tal de los jóvenes para que empezara a trabajar con la Jufra.

UN NUEVO SOL, SE LEVANTA, SOBRE UNA NUEVA CIVILIZACIÓN QUE NACE...
Solo hasta el 31 de enero de 2009, después de aclararse una vez mas, que solo Dios sabe como hace sus cosas, se reunieron una tarde de sábado, sin haber hecho ninguna invitación abierta, varios jóvenes, para iniciar y caminar con este Proyecto de la conformación de la Jufra.

Estos jóvenes son: Paola, Karol, Viviana, Carolina, Jerry, Jose Darío, Lorena, Mauricio, Danilo, Constanza, Darío L., en cabeza de Darío Narváez. Los cuales nos entusiasmamos con la sola idea y nos pusimos en marcha para lograr todos los objetivos que desde ahora nos fuéramos a proponer, en pro de construir lazos fuertes de amistad que nos lleven a formar una fraternidad singular movida por el amor, la confianza en el otro, la generosidad y ante todo luchar por ser jóvenes que se encuentren con Jesús, cara a cara, jóvenes transformados y transformantes, para llevar siempre el mensaje de Paz y Bien a ejemplo de Francisco de Asís, constructor de Paz.



Desde ahora nace la Jufra, Fraternidad Amor, Revolucionario en Cristo.

Con muchos sueños, anhelos y expectativas empieza este proyecto que Jesús tiene con nosotros, por que ante todo es de El, nosotros solo nos disponemos desde ahora con El y para El, como el barro en las manos de el Alfarero Perfecto: Dios a ejemplo del Pobrecillo de Asís

martes, 10 de febrero de 2009

Que es la JUFRA


La JUFRA, Juventud Franciscana es la fraternidad de los jóvenes que se sienten llamados por el Espíritu Santo a hacer la experiencia de vida cristiana a la luz del mensaje de San Francisco de Asís, profundizando la propia vocación en el ámbito de la Familia de la Orden Franciscana Seglar (OFS) de la cuál forma parte.

Así como San Francisco, nosotros también queremos experimentar su ideal, que es el de ¨ Vivir el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo...¨

La principal característica de JUFRA es la juventud. Somos JÓVENES que estamos buscando, que miramos al mundo y a nosotros mismos con curiosidad e interés para encontrar un camino que responda a nuestras ansias e inquietudes más profundas, y para ello recorremos el camino todos juntos, de la mano, compartiendo entre todos nuestras experiencias, estrechando nuestra relación para formar un grupo, una comunidad viva donde podamos llamar al que está al lado... HERMANO.

Para esto seguimos el camino de Francisco de Asís, el hermano de todos, que veía en toda la creación la obra de Dios, y al ser hijos del mismo Padre, siempre hablaba de los HERMANOS: el hermano Bernardo, el hermano lobo, la hermana agua, el hermano sol...

Es precisamente FRANCISCO DE ASÍS el que nos inspira. Su estilo sencillo, humilde, sincero y fraterno es lo que más llama la atención. El se entrega a los demás como hizo Jesús para amar a todos sin contemplaciones, se sacrifica a si mismo para estar más cerca del hermano, pero lo hace con amor... y por amor.

Esta entrega valiente y decidida nos mueve a responder a la llamada que Dios nos hace a través de los hermanos como hizo Francisco, descubriendo un PROYECTO DE VIDA que nos lleva a asumir unos compromisos con el mundo y los hermanos. Esto nos impulsa y nos motiva a ser miembros activos de la Iglesia y en el mundo, para cumplir así el mensaje de Jesús como dice la primera frase de la Oración de la Paz: "Señor, haz de mi un instrumento de tu paz".

De esta manera nos convertimos en mensajeros de la paz y la alegría. Además, nuestra participación y trabajo en la Iglesia responde al encargo que le hace Dios a Francisco en la ermita de San Damián: "Francisco, ve y repara mi Iglesia, que como ves se está cayendo". Claro que, previamente, Francisco le había manifestado al Señor su disponibilidad: "Señor, ¿que quieres que haga?". Por eso, y antes de seguir, tendríamos que contestar a la siguiente pregunta: ¿está mi corazón disponible? Si mi corazón está disponible, entonces ya estoy listo para caminar con Francisco de Asís. Y además en este camino me acompañan mis hermanos, todos juntos,
creando FRATERNIDAD.

La Jufra esta constituida a nivel internacional, nacional y local. Son distintas realidades unidas en un mismo espíritu, cada una con su carácter particular, pero caminando todos hacia el mismo sitio, compartiendo nuestras experiencias en congresos y convivencias, donde se vive en fraternidad y nos acercamos aún más entre nosotros.

Somos muchos y bien organizados. Lo más importante es que todos tenemos la oportunidad de aportar algo y los demás están deseando esa aportación. Todos estamos en el mismo barco y además todos cabemos en este barco. Por eso tenemos una organización específica, que nos da total autonomía, pero esto no quiere decir que vayamos por libre. No hay que olvidar que formamos parte de la FAMILIA FRANCISCANA, en la cual estamos integrados, y que todos somos hermanos.

Esto es JUFRA, un grupo de jóvenes que tiene unas inquietudes como las tuyas, y que busca su camino de la mano de Francisco de Asís.
¿Te apuntas? Si es así, ven, pasa y ocupa tu lugar