El sábado 7 de febrero tratamos la lectura bíblica de Mc 10,46-51 que narra la historia de Bartimeo un ciego que nos enseña a ver, muchos de nosotros necesitamos seguir este ejemplo, nuestra fe debe ir creciendo, y comprender que es algo importante en el seguimiento de Cristo y en el poder extendernos hacia lo que está adelante.
Al leer detenidamente el relato evangélico corremos un riesgo:
pedimos lo que es secundario para nuestra felicidad y obviamos aquello que, en verdad, nos la consigue.
pedimos lo que es secundario para nuestra felicidad y obviamos aquello que, en verdad, nos la consigue.
Bartimeo no se anduvo con titubeos. Cuando Jesús se le acercó y le preguntó “¿qué quieres que haga por ti?”… podría haber pedido el oro y la plata, la luna a sus pies o el sol las veinticuatro horas del día, una mejor posición social, una salida a su vida familiar, una mayor comprensión en su entorno
¡ Pero..no !, no se conformó con solicitar de Jesús Maestro unas simples y bonitas “monturas” para su vida. Pretendió, pidió y obtuvo lo más importante para su existencia: ¡VER!
Muchos de nosotros vivimos con una catarata crónica, confundimos la realidad con la verdad, la salvación con la felicidad momentánea, la paz interior con el puro fuego de artificio que se disparan desde tantos cañones interesados y ruidosos. El viejo adagio “ojos que no ven corazón que no siente” se convierte también en pauta para pasar de largo ante la miseria humana.
¡SEÑOR…QUE PUEDA VER!
Que sea consciente de las cegueras que salen a mi encuentro. Que esté dispuesto, siempre que haga falta, a reconocer que el mejor oftalmólogo para mis ojos eres Tú; Que la escucha del Evangelio es la mejor receta, la Eucaristía el colirium más saludable y certero, la oración la mejor intervención quirúrgica para saber hacia dónde y cómo mirar, y tu iglesia la mejor consulta para la miopía.
¡SEÑOR…QUE PUEDA VER!
Es el mundo quien al borde del camino…. Necesita una palabra de aliento.
Es la humanidad despistada y envilecida…. Llena pero vacía.
Es el ser humano que quiere…… Y no puede dirigirse en la dirección adecuada.
Es la tierra que en un afán de verlo y entenderlo todo…. Se niega a la visión de Dios.
Es el grito de aquellos que queremos estrenar “gafas nuevas” Para andar por caminos nuevos sin miedo a caernos.
Es la humanidad despistada y envilecida…. Llena pero vacía.
Es el ser humano que quiere…… Y no puede dirigirse en la dirección adecuada.
Es la tierra que en un afán de verlo y entenderlo todo…. Se niega a la visión de Dios.
Es el grito de aquellos que queremos estrenar “gafas nuevas” Para andar por caminos nuevos sin miedo a caernos.
Que no seamos como aquel hermano nuestro que, no reconociendo la disminución en su vista, al pasar por delante de una consulta médica y confundiendo un árbol con un peatón le dijo: “yo no necesito ningún oftalmólogo…gracias a Dios veo muy bien”.
La FE, entre otras cosas, son los OJOS para situarse ante las personas, ante los acontecimientos de la vida, ante nosotros mismos, ante las dificultades o los éxitos, etc.,con una dimensión más profunda y verdadera, que me conduzcan a un verdadero encuentro con JESÚS.
La canción que que sigue la interpreta Martín Valverde, su mensaje va directo al corazón, especialmente de los jóvenes. Escúchenla, con Cariño.
La canción que que sigue la interpreta Martín Valverde, su mensaje va directo al corazón, especialmente de los jóvenes. Escúchenla, con Cariño.
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